"Good Vibes Only" y las trampas de la positividad tóxica

Cuando estamos tristes, preocupados o enojados, no siempre necesitamos escuchar que "todo va a estar bien". Investigamos cómo manejar la cultura de excesivo optimismo y escuchar a nuestras emociones.

Por Cristina Alonso

 

hybrid-good-vibes-balloons-unsplash.jpg

Uno de los grandes privilegios que tenemos como seres humanos es la capacidad de sentir un rango enorme de emociones: alegría, celos, enojo, confusión, nerviosismo, envidia... claro que no todas estas emociones son disfrutables, y a veces, lidiar con ellas es cansadísimo. Pero es parte de nuestra naturaleza, algo completamente sano y normal.  Aún así, la cultura que nos rodea no siempre nos anima a aceptarlas todas.

Los mensajes que recibimos muchas veces vienen con las mejores intenciones: desde nuestros amigos que nos dicen que las cosas pasan por algo, que todo va a estar bien, que le veamos el lado positivo a la situación, hasta esas frases motivadoras que se hacen presentes en stickers, viniles, y por supuesto, redes sociales: "only happy thoughts", "live, love, laugh", " good vibes only". No es extraño, entonces, que a veces lleguemos a pensar que sentir emociones negativas nos hace débiles, malagradecidos, o hasta malas personas.

Esto es falso. No hay por qué ignorar o negar las emociones negativas, y tampoco es verdad que por sentirlas estemos atrayendo más negatividad a nuestras vidas. "Existe esta creencia de mantenernos con pensamientos positivos para 'atraerlos', y de igual manera, suprimir las emociones negativas para que éstas desaparezcan; sin embargo, las emociones negativas deben ser reconocidas para comprender por qué están ahí y de dónde vienen", explica la Dra. Gabriela Alonso, residente de Psiquiatría del Hospital Español. Incluso, "estas emociones nos pueden estar dando un aviso de algún trastorno más importante que requiera atención, como ansiedad, depresión, trauma, etc., y así poder trabajar la causa".

Cuando nos permitimos reconocer lo que estamos sintiendo, estamos dando el primer paso para saber qué hacer, ya sea desde un momento de enojo como reacción a algo que nos dijeron en una conversación, hasta una emoción más profunda, como una depresión después de un evento traumático. "Una estrategia muy recomendada y eficaz para este tipo de emociones es practicar mindfulness, que consiste en hacer consciente el pensamiento o emoción que se encuentra presente, reconocerla y aceptar que esta ahí y cómo nos hace sentir, sin intentar eliminarla o bloquearla, sino entenderla como un pensamiento y mediante técnicas de respiración y relajación, dejarlo ir", recomienda Gabriela.

Manejar nuestras emociones es un esfuerzo constante, porque cada día de nuestras vidas se nos presentan todo tipo de situaciones, retos y sorpresas. De hecho, es completamente normal tener sentimientos que parecen contradecirse entre sí. "El cerebro emocional es muy complejo, trabajando con varios sentimientos y emociones a la vez", explica Gabriela. Por lo mismo, recomienda actividades como ejercicios de respiración, yoga, meditación y actividad física para ayudarnos a tener un mejor manejo de nuestras emociones. Además, al sentirnos más balanceados, tendremos mayor empatía hacia los demás, y sabremos escucharlos y aconsejarlos mejor cuando sean ellos quienes nos pidan ayuda.

Imágenes: Ashley Whitlatch; Hybrid

Más información:

www.washingtonpost.com

www.healthline.com