Journaling para acompañar la psicoterapia

 
Foto: Aaron Burden / Unsplash

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Ya hemos hablado de los tipos de terapia más comunes para mantener una mente y emociones saludables; por ejemplo, el psicoanálisis o la terapia cognitivo-conductual, que son dos de las más practicadas. Las terapias varían de acuerdo a su acercamiento psico-humanístico, el tipo de prácticas y preguntas que se plantean, la duración, así como la personalidad y el estilo del psicólogo etc. Para saber más de cómo elegir una que sea adecuada para ti, y qué esperar en una sesión, te recomendamos ir a este post

Pero creo que es importante recordar que ninguna terapia es mágica ni funciona de un día para otro. Para que nos ayude –a sanar traumas, mejorar relaciones, estabilizar emociones– hay que estar dispuestos primero, a reconocer, y luego a desaprender todas esas creencias y conductas dañinas que durante años nos han acompañado (aunque vale la pena decir que también hay algunos comportamientos que son sanos y hay que reforzarlos). Una gran manera de estimular este proceso es recurrir al journaling como complemento. Se puede destinar cualquier libreta, online o física, para hacernos del hábito de organizar en palabras todo eso que nos despierta ansiedad, los pensamientos recurrentes e intrusivos, aquello que nos hace sufrir y, desde luego, lo que queremos agradecer y festejar también.

Una de mis mejores decisiones fue empezar este tipo de journal para completar después de cada sesión de psicoterapia. Agrego otras ideas de vez en cuando, si siento que estoy teniendo una reflexión valiosa o quiero expresar un enojo en papel, pero principalmente lo uso como una bitácora de lo que va sucediendo en cada una de mis sesiones. Estos son algunos de los beneficios que he notado con mi experiencia:

  1. Sirve como un resumen, de forma que no se queden todas las emociones en el aire cuando recién termina una sesión.

  2. Tomo nota de las tareas que a veces me deja la psicóloga.

  3. Se concretan e internalizan mejor los aprendizajes cuando los pongo en papel –como cuando tomas apuntes en la escuela.

  4. Apunto preguntas que quizás no me dio tiempo de hacer ese día o que surgieron a partir del mismo journaling.

  5. Escribir me ayuda a ordenar mejor mis pensamientos cuando estoy en crisis.

  6. Todas mis entradas están recopiladas en un solo lugar, lo que facilita identificar emociones a lo largo del tiempo, triggers, temas recurrentes; y seguimiento a mis aprendizajes y descubrimientos personales. 

  7. Lo mejor de todo: es una evidencia tangible del progreso que, a veces sin darnos cuenta, se logra con la introspección constante. Ver en dónde empecé y en dónde estoy ahora es una gran motivación para seguir haciéndome responsable de mi salud mental. 

Si todo lo anterior suena como algo que te gustaría intentar, puedes descargar (¡y compartir!) el template de abajo. Lo hicimos con mucho cariño para inspirarlos a iniciar su propio hábito de journaling de psicoterapia. 

 
 
@care_mx

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